Homenaje “Cortes de Luz”
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Resumen
En el 2005, después de haberme ausentado por dos años, volví a Misiones para retomar la carrera de Antropología. Fue como empezarla nuevamente, casi. Al mismo tiempo, buscaba trabajo y llegué al despacho de Leopoldo un poco temerosa a pesar de una recomendación. Me dijo que tenía un trabajo para mí, unos informes que debía traducir del inglés al castellano para un libro que estaba armando. Alentada por una amiga que era muy cercana a él, me hice cargo del trabajo. A pesar de que el texto no era complejo, yo estaba aterrada, sentía la responsabilidad de traducir sus palabras. Hoy creo que la traducción no le sirvió de mucho, era una excusa para darme trabajo e invitarme a participar de su proyecto de investigación. Pasado un tiempo, me ofreció ser su secretaria porque el puesto quedaba vacante. Me sentí muy honrada otra vez y lo acompañé cinco años. La pasamos muy bien, aunque hoy también sé que le encantaba cambiar de secretaria. Se quejaba un rato por el abandono, pero en el fondo sabía que iba a seducir a otra chica y eso lo entusiasmaba.
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